Hotel Terra Dominicata

Remontamos al siglo XII para adentrarnos en el Hotel Terra Dominicata, hotel de 5 estrellas en Tarragona y sumergido en la Sierra del Montsant, en plena comarca del Priorat, famosa por su historia y presencia en la cultura vinícola de España.

Nos remontamos a este siglo porque el alojamiento se ubica en la granja donde los monjes cartujos (que fundaron el Monasterio de Escaladei) cultivaban sus alimentos así como albergaban una inmensa cantidad de olivos y vides. Después de una gran remodelación, Terra Dominicata, a día de hoy, ofrece una experiencia multisensorial capaz de llevarte al más puro placer y desconexión.

Un total de 26 habitaciones únicas y distintivas entre ellas dan pie a que tengas una estancia de ensueño, y gracias a las infinitas actividades complementarias que puedes hacer en el complejo, el hotel se convierte en un enclave perfecto para que dediques un viaje exclusivo a una escapada al Priorat, tierra de vinos.

Y como no podía faltar, Hotel Terra Dominicata cuenta con su propia bodega en la que se da a vida a sus icónicos vinos del Priorat. A través de un cultivo sostenible con un cuidado medido sobre sus 22 hectáreas de viñedos y el entorno natural, este hotel boutique produce dos vinos elegantes y sofisticados, en este caso uno rosado de notas frescas y un tinto de color cereza.

Descanso, vino y mucho más

No solamente el hotel cuenta con magníficas habitaciones y una propuesta vinícola auténtica y ecológica, sino que también te ofrece múltiples posibilidades añadidas en su misma finca.

Para empezar podrás degustar la gastronomía más auténtica del Priorat en el restaurante km 0 de Terra Dominicata, Mater Terrae. El chef Fran López es quien le da sentido a su propuesta culinaria bajo un concepto basado en la proximidad y la creación, despertando todos los sentidos y maravillando desde un primer momento a todos los paladares.

Tu escapada rural de lujo se completa con Les Oliveres, el spa exterior de Terra Dominicata. En mitad de la nada y rodeado de un campo de olivos encontramos este pequeño oasis de bienestar en el que una estructura de madera de roble te transportará a un lugar de completa desconexión y tranquilidad.

¡Pero esto no acaba aquí! En esta joya arquitectónica del paisaje catalán podrás hacer catas de vino, visitar su bodega, someterte a masajes relajantes, hacer un picnic entre viñedos, salir a montar a caballo, apuntarte a talleres de cocina e incluso practicar yoga. Y si abandonamos un poco la finca, te invitarán a seguir una ruta gastronómica descubriendo los maestros y productos artesanales de la zona así como una ruta histórica descubriendo los lugares con mayor historia de la comarca.